La comprensión del sentido de la sexualidad humana no es algo inmediato: a la propia libertad y afectividad, así como la cultura influyen decisivamente en nuestra visión del amor erótico. La confusión que sobre él existe en nuestra sociedad, sea a nivel de vida como de reflexión, obliga a un estudio que sea capaz de superar la acusación de represión del deseo sexual o de abstracción y falta de relevancia práctica.
 
Para ello, el autor ha realizado algunas elecciones metodológicas: situarse en el corazón de la experiencia amorosa, intentando descubrir su sentido y su finalidad; realizar un estudio metafísico del amor que se capaz de superar una visión romántica y descubra en qué modo puede llegar a convertirse en el motor de una vida rica en acciones; y, por último, destacar el drama que conlleva por su complejidad y fragilidad, así como la necesidad de integración de todos sus elementos, destacando el papel que juega el don del Espíritu Santo. De esta forma es capaz de proponer con vigor y claridad la castidad como virtud propia de los enamorados.
 
El libro se estructura en cuatro partes. En la primera, se explora el destino al que conduce la experiencia del amor. La segunda ahonda en la riqueza del amor, no solo como evento que transforma, sino también como co-actuación que construye una comunión en una concordia recíproca. La tercera se adentra en la compleja dinámica del deseo y su valor en la vida concreta de las personas. Por último, “la consumación del amor: el don esponsal” aborda el significado y finalidad de la unión conyugal.